Hola, mi nombre es Maribi y mi preciosa hija se llama Valeria, mi Vale tiene Acondroplasia. Recuerdo que me informaron de su condición desde que crecía en mi vientre, exactamente a las 20 semanas de embarazo; cómo cualquier madre primeriza estaba muy emocionada y cuando me informaron de su condición me puse un poco triste; el apoyo de mi esposo, padres, suegros y hermanos fue incondicional y eso me dio la fortaleza para seguir adelante con mi embarazo, la misma que me mantiene en pie cada día cuando veo los maravillados y orgullosos que están de su hija, nieta y sobrina. Al principio, cuando nació la veía, la volvía a ver y me preguntaba cuán diferente iba a ser a todos los demás, pues yo la veía igual, con pequeñas diferencias, como que flexionaba las piernas como una bailarina profesional y su separación en los deditos de la mano; a los pocos meses inició las evaluaciones con muchos especialistas entre ellos: neurólogos, traumatólogos y fisiatras. Luego inició sus terapias y físicas y ocupacional, las “milagrosas” así les llamo, pues fueron el motorcito que la llevo a una nivelación impresionante, gracias a ellas, aprendió a gatear (como un soldado mal herido) así decía mi esposo pues arrastraba una piernita, también aprendió a caminar, a tomar el vaso con mucha más resistencia, entre otras cosas.
Mi Valeria es una niña de 3 años, con muchos sueños, una creatividad e imaginación impresionante, de cada cosa que vé tiene una historia, es muy conversadora, también se muestra muy afectuosa con sus maestras, sus amiguitos y con sus primitos; aunque a veces pelea con ellos termina ganando la batalla puesto que los adultos le dan la razón; fanática de las poses, me da mucha risa cuando pide fotos en la que debe salir con la lengua afuera o en la que refleja sus deditos índice y medio, tal cual una reguetonera, mi reguetonera… le encantan los animales y las plantas, todos los animales que ve en cada esquina se lo quiere llevar a la casa y hasta le pone un nombre, yo le digo que va ser veterinaria o ecologista y cómo no entiende de que hablo se burla de mi… le encanta que le lea cuentos de animales y luego explicar con su lengua aún enredada lo que ha entendido.
Uhhh, el papá amanece cansado casi siempre y es que Valeria sólo quiere dormir en su regazo, ahí apretadita a él. Valeria ya va a la escuela y aunque su maestra me decía que iniciaba las tareas primero que todos los niños para poder terminar a tiempo, ya va a tono con el desarrollo del grupo, mi Valeria ya sabe las vocales, reconoce los números hasta el diez y memorísticamente hasta el veinte, es muy buena para los colores y ya reconoce algunas letras del alfabeto como la h, j, w, z, entre otras, quien diría las más difíciles, las que a mí me costaron un mundo aprender y que me aprendí alrededor de los cinco años; ella con sólo con tres ya me da lecciones de vida, a cerca de no tirar desperdicios en la calle ( cómo está pendiente), no hablar con la boca llena, mantener el orden en la casa (aunque ella lo deja todo regado y luego los recoge un poco enfadada). Todos los días trabajo en su autoestima, en su actitud y aunque a veces siento que soy dura con ella, luego me tranquilizó porque sé que afrontará momentos duros, de burla, pero momentos también inolvidables, hermosos, momentos para recordar…
Valeria aún no se monta sola en el inodoro pero si se baja de él, se asea con mi ayuda y aún no se viste ni desviste sola, estamos en ese proceso de enseñanza, a veces lo logra pero la demora se me hace interminable y termino ayudándola.
Para finalizar, Quiero que vean a mi Valeria cómo cualquier otra niña, que la vean real, valiosa y por qué no diferente (quien es igual a otro física y espiritualmente) sólo quiero que la quieran por lo que es y no por su estatura, no le pido a nadie que la quiera sólo le pido y les exijo que la respeten…
