Nuestro Pequeño Gran Mundo

Nuestro Pequeño Gran Mundo
Personas de baja talla

Desarrollo de la identidad

A pesar de que la acondroplasia es una de las manifestaciones más comunes del llamado ¨enanismo¨ y que corresponde al grupo de las primeras discapacidades identificadas en el mundo, debemos decir, que no existe una integración entre las personas que padecen esta expresión de variabilidad humana. Basándonos en que no existe en Venezuela un espacio donde interactúen e inter-cambien experiencias este grupos denominados ¨enanos¨ podemos inferir, que las personas de baja talla no cuentan con una identidad propia, sino que históricamente han asumido la identidad que les ha sido otorgada por un grupo de personas que se auto-denominan como ¨normales¨ y que integran una mayoría estándar dentro de nuestra sociedad. Como consecuencia esto ha traído rechazo para/con su propio cuerpo y un masivo aislamiento social que nos les permite auto-identificarse consigo mismo.  
Debemos definir algo, basándonos en nuestra propia interpretación, derivamos que la identidad no es intrínseca en el sujeto, sino en ella convergen una serie de factores tanto interno como externo, los cuales definen esa identidad. Un individuo debe ser reconocido como diverso por lo opuesto a lo que es el (su otredad) pero a su vez el mismo debe reconocer su propia diferencia a partir de ese pensar colectivo opuesto a él, para así crear las bases de su propia identidad. Pues bien una vez explicado, esto debemos ante todo des-naturalizar nuestro accionar cotidiano, hacer consciente nuestro día a día para lograr una re-definición de nuestra existencia y en consecuencia un re-conocimiento de nosotros mismo y así hacer valiosa nuestra propia naturaleza.

Una vez identificados estos aspectos, debemos unir fuerza en la construcción de esta nueva identidad. Solo nosotros podemos hacernos visibles dentro de una sociedad que se ha empeñado en homogenizar la discapacidad. Y es que aunque suene extraño (que no debería) cada persona con discapacidad tiene necesidades y requerimientos distintos, que necesitan ser atendidos en su particularidad y no generalizar su condición, que conlleve, a generar más discapacidad de la que social y genéticamente existe.
 Este es uno de los primeros pasos que estamos dando en esta complicada y desigual lucha, pero debemos ser fieles a nuestra creencia, debemos creer que nuestra sociedad puede ser objeto de una transformación cualitativa, la cual, nos lleve a resaltar la principal característica que nos une y que no es negociable a la hora de concebirnos y tratarnos, hablamos de que compartimos la condición de que somos seres humanos ante todo.  Esperemos que la unificación de caracteres comience con resaltar las cosas que nos unen y no con las cosas que nos separan.